Ser o no Ser, ¿esa era la cuestión?

Resumen

Si somos lo que hacemos, y no lo que decimos que vamos a hacer.
¿por qué tantas veces nos dedicamos profesionalmente a hacer aquello que no somos?

Somos lo que hacemos, no lo que decimos que vamos a hacer.

¿Quién dijo esta frase? No lo recuerdo, pero entro directa al quid de la cuestión así sin preámbulos. Si somos (del verbo ser) lo que hacemos (del verbo hacer), ¿por qué tantas veces nos dedicamos profesionalmente a hacer aquello que no somos?

A mi me explota la cabeza solo de pensarlo. Y confieso que durante muchos años he estado haciendo aquello que no soy, “con matices”. O mejor dicho, no hacía todo aquello que soy, y ponía el foco solo en una parte de mí creyendo que eso era lo principal.

¿y por qué?

Y esto es maravilloso, porque en un mundo donde pensar o véase hacer lo que mejor te parece, “empiezo a pensar” valga la redundancia que está mal visto, criticado, denostado, penado (vamos que me vengo arriba); tener tu propio pensamiento crítico que no es ni más ni menos que mirar hacia dentro, indagar un poquito que hay por ahí y tener ideas que muchas veces no encajan, expresarlas y exponerlas, abre un debate en ocasiones bastante complejo.

Pues porque todo y todos, el sistema, la educación, la cultura, la familia… nos dice que, como, cuando, donde, porque, para que y no sé si me dejo algo. Nos dicen lo que tenemos que hacer con nuestras vidas y por supuesto como encajar en este tinglado del mundo laboral.  

Que me desvío, vuelvo al somos lo que hacemos.

Si somos lo que hacemos y trabajamos 40 horas a la semana, 36 o 25 me es indiferente, los autónomos diremos que muchas más; y a estas le sumamos el tiempo durante el cual estamos aprendiendo para desarrollar nuestra profesión y habilidades, el tiempo que le dedicas a vestirte y crear la imagen para ese trabajo, el desplazamiento, las personas y colegas de los que te rodeas, porque todo esto forma parte de ese SOMOS (recuerda del verbo ser)

¿Cuántas horas de nuestro día ocupa? 14 horas o más.

14 horas o más de Ser y Hacer, o de Hacer sin Ser. 

Respíralo un poquito. 

¿qué quiero decir con esto? Que cuando en tu profesión no te estás dedicando a aquello que desarrolla la máxima expresión de tu SER, estás viviendo todos los días con un traje que no es de tu talla, con una vida que será un teatro y por eso algunos días, o muchos, te preguntas ¿y todo esto para qué? Y otra crisis existencial, que si te pilla en los 40 lo usas como excusa pero si no, apaga y vámonos.

Y lo más curioso no es solo que se viva con un disfraz es que no te lo quitas porque no sabes cual es tu verdadera esencia, tu ser. ¿Tan perdidos estamos? ¿Tanto nos hemos olvidado? Muchas veces si.

La crisis de identidad es una de aquellas que detecto a menudo, porque nos identificamos con nuestra faceta profesional, nos pasamos el día en redes contando aquello que hacemos profesionalmente y diciendo soy esto y soy aquello… y nos identificamos con esa etiqueta. 

Ahora te pregunto. 

¿Por qué tienes que separar aquello que haces profesionalmente de lo que eres?

Y por si esto te ha tocado y hundido, un truco que por el momento te puede ayudar mientras te encuentras, es dejar de usar en tus presentaciones, pitch, currículums y redes la expresión “ soy seguido de tu profesión” y cámbialo por “me dedico a seguido de tu profesión o aquello que haces en este momento”, al menos te ayudará a empezar a des-identificarte de quien no eres realmente.

Te animo a que respires, tiene solución. Y es volver a reencontrarte contigo mismo. 

Os abrazo. 

Contenido similar

El talento, moneda de cuenta para los griegos, moneda de cambio en las empresas

Te traigo aquí y ahora una visión distinta del talento Talento, una palabra en mi opinión muy deslucida por su […]

Ser o no Ser, ¿esa era la cuestión?

Resumen Si somos lo que hacemos, y no lo que decimos que vamos a hacer. ¿por qué tantas veces nos […]

En algún momento de tu vida ¿Te has sentido como Aladdin? ese joven astuto e ingenioso con grandes sueños.

He de reconocer que las películas de Disney me chiflan, y que de niña y no tan niña me habría […]

Scroll al inicio